La cuota media de un préstamo hipotecario se encarece 45 euros al mes si el consumidor no cuenta con todos los extras que exigen los bancos, lo que supone un desembolso adicional de 543 euros al año y un total de 11.393 euros más cuando termina de devolver su deuda.
Bonificar a los clientes más fieles se ha convertido en la estrategia estrella de los bancos a la hora de ofrecer una buena oferta hipotecaria. A día de hoy, todas las hipotecas variables que hay en el mercado se venden siguiendo este esquema: cada producto se publicita a un precio de Euribor más un diferencial pero, para conseguirlo, el cliente tiene que estar dispuesto a contratar una serie de productos vinculados, como seguros, tarjetas o planes de pensiones. Si no lo hace -o en un momento determinado no puede seguir afrontando su coste- la entidad volverá a revisar el precio de su préstamo y aumentará la cuota que paga cada mes.
Esta estrategia puede generar un doble problema para el consumidor: el primero, que el coste de algunos de esos productos vinculados se personaliza en función del perfil del cliente y de la cantidad que desee solicitar, por lo que es complicado saber a priori cuánto habrá que pagar por ellos y, por tanto,comparar entre unas ofertas y otras. El segundo, que no todos los bancos exigen contratar los mismos extras, lo que complica aún más la comparativa.
Además, a la hora de averiguar si interesa contratar productos vinculados a la hipoteca para lograr una rebaja en el diferencial, el futuro hipotecado tiene que tener en cuenta que muchos de estos extra tienen un coste: por ejemplo, hay ofertas que requieren la contratación de seguros de vida y de hogar, realizar un consumo mínimo al año con tarjetas de crédito o abrir un plan de pensiones al que habrá que realizar unas aportaciones mínimas cada año.
Para que puedas echar cuentas, en Kelisto han analizado las ofertas de cada banco de forma que puedas averiguar qué hipotecas exigen más productos vinculados y cuál es su impacto en la cuota que tendrías que pagar cada mes.
A día de hoy, prácticamente todas las hipotecas exigen, como mínimo, que el consumidor domicilie su nómina y contrate un seguro de hogar y otro de vida para poder acceder al diferencial mínimo que oferta. Ahora bien, a partir de ahí,el lote de extras que incluye cada una puede ser muy distinto.
El 52% de las hipotecas que comercializan los bancos requiere que se contraten cinco productos extra: además de la nómina y las pólizas de hogar y de vida, estas ofertas añaden otras vinculaciones, como la de hacer un gasto mínimo anual con tarjeta de crédito, abrir un plan de pensiones al que habrá que hacer unas aportaciones mínimas cada año o domiciliar recibos.
Dentro de este grupo se incluyen productos como las hipotecas variables del Grupo Kutxabank (Kutxabank, BBVA, CajaSur y Vital Kutxa), la Hipoteca BBVA y la Hipoteca Santander, la Hipoteca Premium de Banco Popular y Banco Pastor, o la Hipoteca Ahora de BMN, entre otros.
Entre las ofertas restantes, un 18% exige la contratación de cuatro productos vinculados, y otro 18%, que el cliente se haga con tres. Ese es el caso de la Hipoteca Mari Carmen de Abanca, la Hipoteca Open de Openbank o la Hipoteca Inteligente de Evo (con cuatro extras), o la Hipoteca Naranja de ING Direct y la Hipoteca Freedom de Banco Mediolanum, con tres.
Por último, un 12% de los préstamos hipotecarios requiere que se contraten seis o más productos para lograr el diferencial más bajo, como ocurre con la Hipoteca Geral Premium de Banco Caixa Geral, la Hipoteca Postal de Bancorreos o la Superhipoteca Ibercaja.
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