“Algo está cambiando. Sin saber muy bien por qué, la gente ha vuelto a fijarse en las agencias inmobiliarias como negocio. No sucedía algo así desde hace siete años cuando, sin saber tampoco por qué, se produjo un frenazo en seco. En 2006 no había datos macro ni micro que anticipasen lo que estaba por venir. Era como si la gente tuviese un sexto sentido que les advertía que la crisis se aproximaba”, explica a El Confidencial Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria, con una red de 110 agencias en España y casi 50 a escala internacional.
“El sector inmobiliario antes o después se recuperará y, al igual que lo están haciendo las grandes fortunas y fondos de inversión, los activos inmobiliarios volverán a recuperar su valor, y el pequeño empresario y el emprendedor es consciente de ello”, concluye Duque.
Una luz al final del túnel que comienza a verse en el horizonte. Tras seis años caminando por el desierto, varias cadenas y franquicias inmobiliarias, las supervivientes, comienzan a notar un incipiente cambio de ciclo. Alfa Inmobiliaria, por ejemplo, lleva varios meses atendiendo a empresarios interesados en reincorporarse al sector. Se trata básicamente de franquiciados que abandonaron la red en los peores años de la recesión y que ahora detectan nuevas oportunidades.
La mayor parte de las enseñas inmobiliarias comenzó su expansión entre los años 1997 y 2000 para aprovechar el boom inmobiliario. En 1995 y 1996 sólo existían cinco cadenas de franquicias operativas en el sector. En el año 2006 se alcanzaron las 59 y los 4.583 establecimientos. Ese mismo año, a las puertas de que estallara la crisis, el sector comenzó a resentirse, y desde entonces, la caída ha sido en picado. El número de enseñas se ha desplomado un 70% (sólo quedan 17) y el número de establecimientos, un 80% (menos de 1.000). Otro tanto ha sucedido con la facturación y el empleo de este sector. En apenas seis años se han suprimido más de 15.000 puestos de trabajo, según datos, todos ellos, de Tormo & Asociados.
Los supervivientes han comenzado a ver la luz al final del túnel. El de Alfa Inmobiliaria, que acaba de firmar tres franquicias nuevas, no es un caso aislado. RE/MAX España abrió en 2013 23 oficinas nuevas en 2013, prevé otras 30 aperturas en 2014 y lograr así las 100 oficinas y los 1.000 asociados. A día de hoy son 70 oficinas y unos 700 agentes por toda España. "Se trata del mayor crecimiento experimentado en los últimos años", explican desde la compañía.
Por su parte, la red inmobiliaria Look & Find, con 78 oficinas repartidas por toda España, ha abierto cuatro nuevas reforzando su presencia en Canarias, Valencia, Valladolid y Zaragoza, mientras que Tecnocasa ha abierto durante el mes de enero de este año cinco nuevas oficinas franquiciadas. Con estos nuevos puntos de venta, la marca cierra enero con un total de 272 oficinas activas, situadas en las principales poblaciones de España. Además, la marca tiene previsto llegar a las doce aperturas durante el primer trimestre del año. "Como ya sucedió con las del último trimestre de 2013, las nuevas aperturas supondrán un importante número de trabajos asociados, todos ellos dirigidos a jóvenes que buscan una primera oportunidad para entrar en el mercado laboral", apuntan desde la compañía.
"El crecimiento experimentado por RE/MAX en el último año pone de manifiesto la tendencia que están llevando a cabo muchas agencias inmobiliarias, acelerando los cambios en su modelo de negocio para adaptarse con éxito al nuevo escenario inmobiliario", explica José Luis García, director de expansión en España de la firma.
En su opinión, “muchos de estos cambios van en la línea de crecer en sus equipos con agentes comerciales autónomos, trabajo de propiedades en exclusiva, formación y entrenamiento continuo para los agentes. Estas son, precisamente, algunas de las claves que permitirán que muchas agencias inmobiliarias abandonen su modelo actual de subsistencia hacia un modelo que les permita crecer a corto plazo”.
Criba entre los profesionales que venden inmuebles
No obstante, y frente a lo que sucedió en plena locura inmobiliaria, el 'mazazo' de la crisis ha permitido realizar una auténtica criba entre los profesionales que se dedican a la venta profesional de inmuebles. “El perfil de quien se acerca actualmente al sector ha cambiado notablemente”, reconoce Jesús Duque. "Se trata de profesionales con un profundo conocimiento de la actividad que en muchos casos han buscado nuevas opciones laborales pero que han mantenido su red de contactos a la espera de que la situación se normalizara. En muchos casos, se trata también de asesores inmobiliarios con clientes con un perfil conservador y patrimonial que buscan inmuebles capaces de aportar rentas".
Y añade que también están volviendo al sector "los profesionales más formados y competitivos, que conocen perfectamente el producto que se vende en su zona de actuación, con dotes comerciales y capaces de ofrecer un servicio que integre el asesoramiento jurídico en las operaciones, ya sean de venta o alquiler".
Renovarse o morir
Como tantas otras empresas vinculadas al 'ladrillo', las agencias han tenido que afrontar la crisis, el desplome de las ventas, el fuerte aumento del desempleo, la falta de financiación y la entrada en escena de un competidor brutal: los bancos. Las entidades, tal y como reconocen los agentes inmobiliarios, “han jugado sucio y lo siguen haciendo para vender sus pisos”. “Nos siguen robando los clientes, a quienes ofrecen pisos de sus balances y les facilitan la financiación”, explica Jesús Duque.
Las agencias que no han desaparecido se han visto obligadas a apretarse el cinturón, a ‘adelgazar’ su estructura y a adaptarse a los nuevos tiempos. No en vano, según una encuesta realizada por Look & Find, las agencias siguen jugando un papel muy relevante en la venta de pisos. Esta red inmobiliaria realizó una encuesta entre sus clientes que reveló que, aunque un 54% opina que las mejores ofertas de precios se encuentran acudiendo al particular, un 30% considera que podrá encontrar los mejores precios en una agencia inmobiliaria, mientras que un 16% cree que las mejores ofertas se están en las entidades financieras.
Para adaptarse a la nueva situación, muchas de ellas han entrado en la comercialización de pisos de la propia Sareb. Si bien no trabajan directamente para la sociedad pública, lo hacen a través de las entidades cedentes (Bankia, Catalunya Banc, Nova Caixa Galicia Banco, Banco Gallego, Banco de Valencia, Banco Mare Nostrum, Ceiss, Caja 3 y Liberbank), con mejor o peor fortuna.
Desde Alfa Inmobiliaria, explican, por ejemplo, que por cada inmueble vendido "apenas recibimos un 1,75% de comisión, cuando lo normal es que se paguen comisiones entre el 2% y el 3%", explica Jesús Duque. "Aunque realmente ese no es el problema, sino que normalmente se trata de viviendas cuyos precios no están ajustados al mercado, en algunos casos hablamos de inmuebles invendibles, y las cedentes con las que trabajamos no nos dan margen para negociar el precio cuando tenemos a un cliente interesado en un inmueble. Nos hacen perder el tiempo. Ya veremos si realmente a nuestra red de franquiciados les interesa trabajar a estos márgenes".
David Moya, director general de Look & Find, coincide con Jesús Duque en que, "en términos generales, el inmueble de las entidades financieras está menos ajustado en precio. Suelen estar por encima de lo que está dispuesto a pagar el mercado". Sin embargo, en su caso, sí ha constatado mayor predisposición de la banca cedente a negociar a la baja los precios. "Es un proceso lento porque son decisiones que se aprueban en sus comités, pero por lo general sí aceptan rebajas de precios cuando hay un comprador interesado".