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El crédito inmobiliario moroso de la banca cae por primera vez en la crisis

Las cinco grandes entidades bajan el 9,5% el saldo dañado desde diciembre,
La financiación con riesgo de entrar en insolvencia baja en 1.000 millones

El sector inmobiliario, el mayor quebradero de cabeza para la banca en los últimos años, empieza a dar síntomas de una tímida mejoría tras un ajuste de dimensiones colosales. Tal es así que las cinco mayores entidades que no han traspasado activos al banco malo han reducido por primera vez el volumen de créditos morosos al promotor en la crisis.

En concreto, Santander, BBVA, La Caixa, Sabadell y Popular han logrado disminuir en conjunto este tipo de préstamos deteriorados un 9,5% en el primer semestre del año con respecto a cierre de 2013.

En la actualidad, la financiación concedida por estas entidades a compañías inmobiliarias en nuestro país que presenta retrasos en sus pagos superiores a los tres meses asciende a 41.233 millones, es decir, 4.322 millones menos que a finales del ejercicio anterior.

La caída aun así todavía es leve, ya que en términos interanuales estos préstamos problemáticos aumentan ligeramente. En junio de este año la cartera dañada es un 2,7 por ciento superior que al cierre del primer semestre de 2013.

No obstante, el recorte ha permitido a las entidades a rebajar el volumen de morosidad total. Los principales banqueros han resaltado en las últimas semanas, durante la presentación de resultados, que los créditos de dudoso cobro habían bajado en los seis primeros meses de este año, iniciando así un cambio de tendencia.

Bajada de los subestándar
La entrada de morosos además ha venido acompañada de una bajada de los créditos al promotor considerados subestándar (al corriente de pago pero con alto riesgos de caer en insolvencia). En los cinco grandes esta rúbrica descendió en 1.142 millones, hasta poco menos de 8.000 millones.

Esto significa que hay un riesgo más bajo de que en el futuro inmediato el volumen de morosos aumente, ya que los subestándar son la antesala de los préstamos insolventes.

De los cinco grandes, Banco Popular es el único que no ha logrado aún disminuir los créditos al promotor morosos, pero sí los ha estabilizado, ya que apenas éstos crecen un 0,5 por ciento, hasta los 11.600 millones. Con esta subida y la caída que registran el resto, se convierte en estos momentos en el grupo con la financiación deteriora más abultada. Además de los impagados, tiene en su balance otros 2.266 millones calificados como subestándar.

La Caixa, en cambio, es la entidad que experimenta el mayor recorte, de un 18,5%. En su caso, el volumen de préstamos insolventes se sitúa en los 9.670 millones. La cartera dañada del Sabadell no cubierta por las ayudas a la CAM registra del mismo modo un fuerte retroceso, superior al 12%.

El sector financiero, actor importante del boom inmobiliario en nuestro país a principios de este siglo, se ha visto obligado a padecer un auténtico viacrucis tras el estallido de la crisis. Ha tenido que reconocer pérdidas millonarias, la mayor parte relacionadas con la construcción por la asfixia de los promotores y de una parte de los hogares, que han dejado de pagar sus deudas tras la caída del sector y sus consecuencias para la economía.

El sistema financiero, al tiempo que llevaba a cabo provisiones para tapar el agujero, efectuaba canjes de deuda por inmuebles para recuperar parte de las pérdidas en un futuro.
Cartera de pisos
Así, el stock de pisos y suelo en manos de la banca ha ido creciendo de manera exponencial. A cierre de junio la cartera de inmuebles -en la que se incluyen participaciones en sociedades promotoras- alcanzó máximos históricos en el caso de los cinco grandes grupos financieros. Su valor bruto llega a casi 71.000 millones.

A pesar de la aceleración de las ventas en los últimos meses y la caída del crédito al promotor moroso, en el primer semestre volvió a crecer el stock. Su valor se elevó un 4% (2.811 millones).

Buena parte de la subida se debe al incremento que experimentan tanto la cartera de suelos como las ejecuciones de viviendas a familias por insolvencias.

Los inmuebles en propiedad también están suponiendo un importante lastre para el sector bancario, ya que está teniendo que hacer importantes provisiones para adelantar las pérdidas futuras y para ajustar su valor con el objetivo de venderlas cuanto antes.

Las dotaciones del Santander, BBVA, La Caixa, Sabadell y Popular suman 35.200 millones, con lo que el nivel de cobertura a esta exposición ronda el 50%.

Los canjes de activos por deuda, el traspaso a fallidos, algunas ventas de créditos y el vencimiento de otras líneas está reduciendo a pasos acelerados la financiación al promotor del sector, en un momento en que no se conceden nuevos préstamos. Tan solo se reestructuran los mismos para dar facilidades de pago a las compañías.

Los cinco grandes bancos han disminuido este tipo de créditos a menos a menos de 69.000 millones. En 2010, según los datos disponibles, esta cantidad sobrepasaba los 102.000 millones.

Recuperación lenta
La situación, ante estas cifras, es esperanzadora. Los síntomas de que el ajuste del sector del ladrillo y sus efectos para los bancos parece tocar fin, aunque en las entidades no lanzan las campanas al vuelo, ya que la recuperación tiene que confirmarse y ésta se prevé lenta.

Las consecuencias del hundimiento inmobiliario han sido tales que España se vio obligado a tener que pedir un rescate a Europa para sanear buena parte del sector financiero y constituir un banco malo, denominado Sareb, con los activos dañados. Esta compañía ha asumido 50.000 millones de créditos al promotor e inmuebles de las entidades ayudadas.

Una de ellas es BFA-Bankia, otra de las grandes entidades del país. Tras el traspaso de estos activos a la Sareb, su exposición al ladrillo ha quedado limitada a menos de 2.300 millones en préstamos, de los que 1.453 millones son morosos y otros 250 millones considerados subestándar.

Además, su cartera de inmuebles se ha quedado reducida a unos 5.350 millones gracias a la transferencia de los pisos y suelo de mayor valor a la Sareb y un mínimo recorte de los mismos en los últimos seis meses por el aumento de las ventas. En su caso, la cobertura de este stock es del 44,5 por ciento, cinco puntos porcentuales por debajo de la media de los cinco grandes que no han recibido ayudas.

via@eleconomista

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