La consultora inmobiliaria prevé al cierre de 2014 unas ventas de casi 50.000 millones de euros de deuda bancaria inmobiliaria, un 70% más que en el ejercicio pasado. "Anticipamos que 2014 será el año de mayores ventas de este mercado durante la crisis. La actividad es frenética", asegura Federico Montero, socio director de Venta de Créditos Corporate Finances para EMEA de Cushman & Wakefield y coautor del informe European Real Estate Loan Sales Market.
Los cinco mayores compradores han sido Lone Star (por valor de 12.932 millones de euros), Cerberus (5.625 millones), CarVal Investors (3.219 millones), Deutsche Bank (1.763 millones) y Oaktree Capital (1.251 millones de euros).
Los bancos estadounidenses han vendido, tradicionalmente, sus carteras de deuda inmobiliaria mala, pero esto es algo que era inusual en Europa. La crisis ha instalado esta actividad en el viejo continente ya que los bancos han superado los límites de riesgo tolerados por las autoridades europeas. "Este mercado ha llegado para quedarse, y dentro de unos años rondará los 15.000 millones anuales", prevé Oriol Barrachina, Partner Director de Cushman & Wakefield España, que recuerda que en la deuda vendida por los bancos también hay activos inmobiliarios de calidad.
Cushman & Wakefield estima que el volumen del riesgo por activos financieros inmobiliarios dañados en Europea será de bastantes billones. Pero, para concretarlo falta que todas las grandes entidades afloren su cartera mala. En España, el Santander es de los gigantes que sí ha hecho sus deberes.
El futuro dará muchas noticias y Cushman & Wakefield anticipa la ruta. La Sareb, tardará unos ocho años en vender su deuda, que hoy asciende a 50.000 millones de euros
(98% es residencial con 80% en créditos y 20% en activos) pero podría aumentar.
Irlanda y Gran Bretaña lideran este tipo de ventas que suponen el 72% de la actividad europea en lo que va de año, tras llevar tres años vendiendo este tipo de activos y les quedarían tres más. En el caso de Alemania son dos los años comercializando fallidos inmobiliarios, y culminará el proceso en diez años, previsiblemente. Holanda está creando su banco malo, que se prevé tan activo como el español. Ni Italia ni Francia han creado bancos malos. Se espera que los bancos realicen las ventas de forma directa, y poco a poco.
Los fondos oportunistas estadounidenses están muy activos en este nuevo mercado europeo, formado por créditos fallidos o subestándar (al día en el pago pero con riesgo de mora), y por embargos. Mientras que la banca europea han colmatado su tradicional actividad de reestructurar los créditos y trabajar con el deudor para salvar los activos. Los nuevos ratios de capital y solvencia exigidos por Bruselas no les dejan otra opción que vender.
VIA@ElPaís
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