La situación varía mucho de la zona de la costa que estemos hablando.
La costa siempre ha sido puntera en rebajar sus viviendas. Salvo excepcionales ubicaciones muy demandadas en primera línea de playa, el litoral, y sobre todo el mediterráneo ha experimentado de forma más adelantada descensos en sus precios que el resto de España, como refleja la mayoría de las estadísticas oficiales y extraoficiales. Los datos de la tasadora Tinsa de febrero de 2014, situaron las devaluaciones más intensas del país desde los precios máximos de 2007 en esta zona: de un 48,6%.
Aunque la demanda nacional esté actualmente de capa caída, porque la mayoría de los españoles no está enfocada –ni puede permitirse en muchos casos- una segunda vivienda, las áreas costeras tienen otros muchos atractivos que alientan a la compra. La cercanía de las playas, el buen clima y unas intensas rebajas son factores que seducen a compradores de otros perfiles: como los extranjeros, los fondos de inversión internacionales o los españoles con una situación económica solvente más estable. ¿Son estos los principales compradores de la costa?
ESPAÑOLES COMPRAN EN CIUDADES COSTERAS
La situación varía mucho de la zona de la costa que estemos hablando. En mercados locales con compradores tradicionalmente nacionales, como por ejemplo, Gandía o La Manga del Mar Menor, los españoles siguen comprando más que los extranjeros en una proporción del 60% frente al 40%. Desde la inmobiliaria alicantina de Urbatic aseguran que suelen ser parejas de 30 y 35 años que buscan una primera vivienda. “Suelen ser recién casados que quieren cambiarse a una vivienda más grande y encuentran una buena oportunidad, pero estas suelen situarse en ciudad”, afirma Javier Rocher, agente inmobiliario de Urbatic. “La mayoría de los compradores de este perfil solo se pueden permitir una casa de entre 100.000 y 150.000 euros y estas se localizan en zonas urbanas… ya que en primera línea de playa ya cuestan entre 200.000 y 350.000 euros. Todos quieren estar cuanto más cerca del mar mejor, pero no les da el presupuesto”, explica.
Otro perfil que opta por la compra de unos pisos situados en esta franja de precios son los extranjeros que buscan adquirirlos como inversión para más tarde ponerlos en alquiler. Los fondos de inversión internacionales son otros de los compradores interesados, como señalan desde Irea. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, han puesto su ojo en España y uno de los productos que más les interesan son las viviendas turísticas –social o no social- en primera línea de playa para ponerla en arrendamiento. Rocher lo deja muy claro: “No hay españoles que inviertan en vivienda en la costa para alquilarlas después. Los españoles que compran ahora una casa en la playa como segunda residencia son pocos y vienen del centro de España como Madrid, Toledo, Albacete, Cuidad Real y La Rioja… pero es un lujo en estos momentos”.
LOS EXTRANJEROS EN GRANDES CHALETS
Los que más compran segunda residencia cerca del mar en plena crisis son el público extranjero y de hecho, según las últimas estadísticas son los que más mantienen vivo el sector. A medida que bajan los precios de la vivienda, cada vez protagonizan más compras respecto al total de operaciones en España: de 2012 a 2013 las ventas de pisos a extranjeros no residentes subieron 22,6%. La Comunidad Valenciana fue, con un 16,9%, la que concentró el mayor crecimiento de transacciones de vivienda libre, seguida de otras autonomías costeras como Canarias (15,7%), Andalucía (15,6%), Murcia (15,2%) y Cataluña (7,7%). “Claramente es una tendencia que puede seguir aumentando, se ve desde hace meses y supone ya una parte relevante”, apunta Manuel Gandarias, director del gabinete de estudios de pisos.com.
Los extranjeros jubilados son algunos de los compradores más comunes que quieren comprar para vivir en España, de nacionalidad ya no tanto británica, sino cada vez más francesa, rusa, belga, portuguesa, china y argelina. No obstante, la primera línea no suele ser su principal requisito. “Se pueden permitir viviendas de 250.000 a 300.000 euros, pero no les gusta en primera línea de playa porque para ellos solo hay ‘enjambres’ de colonias de apartamentos. Prefieren los chalets grandes de 180 a 200 metros, 3 a 4 habitaciones, piscina… y no les importan si están un poco más en el interior”, afirma Rocher. Algo que confirma José María Gaubeka, director comercial de Colliers International Spain: “Quieren superficies amplias y suelen invertir mayoritariamente en villas. También existe una amplia demanda por localizaciones en zonas con campos de golf”.
PRECIOS AJUSTADOS
Y es que muchos expertos del sector ya señalan que en la mayoría de estas casas más próximas a la costa los precios ya no bajarán más. “Lo que tiene que bajar más son los adosados y las viviendas en los pueblos y en las periferias de las ciudades. Primera línea no va a bajar”, señala Rocher. Por su parte, los chalets también son un producto que ha tocado suelo, sobre todo, si son nivel de alto standing, un mercado donde no se ha parado de vender a pesar de la crisis, aunque sí ha tenido que ajustar sus precios. “Los clientes que buscan lujo tienen ahora la posibilidad de acceder a este tipo de localizaciones de producto prime que anteriormente estaba muy demandado y con altos precios”, confirma Gaubeka. Asimismo, Gaubeka asegura que en viviendas de costa de entidades financieras “se encuentran muy buenos descuentos, generalmente mayores en interior”.
Un obligado ajuste del valor de la vivienda debido a una demanda nacional lastrada por el paro, la crisis económica y la creciente subida de impuestos está acelerando el encuentro entre la oferta y la demanda y haciendo cada vez más atractivo el mercado inmobiliario español al público extranjero… sobre todo, en la costa que siempre va un paso por delante que el mercado de las grandes ciudades y capitales que está más consolidado. Una tendencia, que como dicen algunos expertos, irá en aumento.
VIA@pisos.com
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