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Tierra a la vista para el sector inmobiliario

El sector vive los primeros signos de estabilidad pese a que el ajuste no ha acabado

Miles de propietarios llevan esperando más de seis años la llegada de mejores tiempos para sacar del balcón de su casa el cartel se vende. El desplome del mercado inmobiliario, que primero debía pasar la resaca de una borrachera de más de diez años, lo hacía imposible. Pero, tras un ajuste lento e inacabado, esta actividad ha empezado a recuperar el pulso de la mano de la inversión extranjera. El sector aprecia, además, otros signos de una recuperación que auguran costosa, como el tímido repunte del precio de la vivienda en algunas comunidades o el comienzo del drenaje del ingente stock de viviendas de obra nueva. Pero el ajuste, advierten los analistas, debe continuar.
La lentitud de la rebaja del precio de los activos y, sobre todo, la crisis de la deuda soberana que sufrió España en 2012 ahuyentaron a los pocos inversores extranjeros que entonces estaban interesados en el ladrillo español. Antes del verano pasado, dos operaciones rompieron una sequía que hacía temer otro año en blanco para el sector. El fondo de inversión Qatari Diar se hacía con el Hotel Vela de Barcelona por 200 millones de euros, mientras que la aseguradora francesa Axa regresaba a España y adquiría un paquete de 13 inmuebles del Gobierno catalán por 172 millones. “Antes de verano había una docena de fondos examinando activos en España. A la vuelta, identificamos a más de 50”, explica el consejero delegado de Irea, Mikel Echavarren.
En realidad, agosto no supuso ningún parón. Los consultores especializados en el mercado de inversión se fueron de vacaciones con trabajo a cuestas. El esfuerzo se plasmó en tres operaciones, para sorpresa del sector, en el mercado residencial: dos paquetes de vivienda social del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid y una cartera de casas del banco malo. “Llevaba más de dos años viajando a Londres, llamando a la puerta de bancos y fondos y mostrándoles carteras de inmuebles. Pero la brecha entre lo que pedía la banca, la principal propietaria de esos activos y lo que estaban dispuestos a pagar esos fondos era todavía muy amplia”, cuenta un intermediario.
El desembarco de inversores extranjeros tuvo mucho que ver con las provisiones realizadas por la banca española a raíz de los decretos del Gobierno, que exigían aumentar la cobertura por la exposición al ladrillo. Un informe de la agencia de calificación de riesgos Fitch señala que durante el primer semestre de 2013 las entidades vendían las viviendas que habían ido acaparando con un descuento medio del 71,5% respecto a su valor de tasación de origen. Esta vez, los inversores sí respondieron. El Banco de España recoge una subida del 28% en la inversión extranjera, que entre los meses de septiembre de 2012 y 2013 fue de 6.288 millones. “España ha vuelto”, resume el director general de Aguirre Newman, Ángel Serrano.
La disparidad de los datos hace de las estadísticas españolas un galimatías que dificulta conocer con exactitud la magnitud del derrumbe de los últimos seis años. Sin embargo, casi todas las series —las oficiales y las que elaboran tasadoras— dibujan desde 1998 la forma de una burbuja que empieza a deshincharse entre finales de 2007 y comienzos de 2008. Los datos del Ministerio de Fomento indican que los precios crecieron el 175,6% en la década del boom para bajar luego el 28,3% en seis años y regresar a niveles de 2003. Los del Instituto Nacional de Estadística (INE) señalan un ajuste mayor, de hasta el 37,2% en el segundo trimestre del año. En términos reales, los precios incluso han caído la mitad en Cataluña, Madrid y Aragón.
Las dos estadísticas coinciden ahora en mostrar algunos números en verde. Según el INE, entre junio y septiembre de 2013 los precios aumentaron el 0,7% y diez comunidades experimentaron incrementos (ver gráfico). El Ministerio de Fomento todavía arroja para el conjunto de España números rojos, pero cuatro autonomías —Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura y Madrid— experimentan un cambio de signo. No es la primera vez que eso ocurre. En 2010 el sector creyó empezar a tocar suelo tras un incremento de precios del 1,6% en el segundo trimestre y una subida de las ventas del 6,3%. Fue solo un alto en el camino favorecido por las medidas fiscales del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
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