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7 claves sobre la habitabilidad de la vivienda

La habitabilidad de la vivienda es un concepto básico en arquitectura. Se utiliza tanto a la hora de construir un inmueble como en el momento de rehabilitar otro ya existente. Sin embargo, a pesar de la extensión de su uso, se trata de una noción ambigua para el gran público, con muchas lagunas e imprecisiones.
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Con estas claves nos proponemos indagar en torno a este término, sus características más relevantes así como sus funciones y su aplicación en el parque de viviendas de España. Un análisis que va más allá de un término arquitectónico, pues la habitabilidad de la vivienda se puede convertir en una solución para reactivar el sector inmobiliario en España.

1.Satisfacer las necesidades del usuario
A la hora de hablar de habitabilidad nos referimos, explica William A. Palencia, del estudio Espacio Habitable, “a la capacidad que tienen los diferentes espacios para satisfacer las necesidades de los usuarios a través de actividades concretas que se generan por los hábitos”. Asimismo, subraya este arquitecto, para que esta definición sea completa hay que partir de tres conceptos: el espacio físico, las necesidades de los habitantes y las actividades que satisfacen esas necesidades. Ello se debe a que de estos tres elementos depende el grado de satisfacción que se genera entre los habitantes, su consumo de energía y sus residuos.
La suma de estos tres componentes obtiene como resultado el grado de habitabilidad de dicho espacio, que queda contemplado en el Código Técnico de Edificación (CTE), norma que establece las exigencias que deben cumplir los edificios. En este sentido, sostienen desde el estudio Amutio y Bernal Arquitectos, son cinco los aspectos concretos que se deben evaluar para habitabilidad de una vivienda: acústica, higrotérmica, ventilación, confort visual y confort espacial. En las siguientes líneas desbrozamos en qué consiste cada uno de estos elementos.

2.La acústica de las viviendas
La acústica es uno de los factores que generan mayor número de problemas en un edificio. Para evitarlos, desde Amutio y Bernal Arquitectos señalan que se debe atender a cada tipo de ruido concreto pues “no hay una receta mágica que sirva para todo”. Así, añaden, “lo primero que se hace es evaluar cuál es la fuente del ruido y por dónde se transmite”, factores a partir de los cuales, se adoptan unas medidas u otras.
Entre las mismas, explica William A. Palencia, destacan los “sistemas para cerramientos exteriores” aplicados con distintos tipos de materiales de aislamiento. En paralelo, señala que “en el caso de puertas y de ventanas es importante tener en cuenta características como la ruptura del puente término y el cristal de cámara” y, adicionalmente, concreta, “para los muros existen diferentes tipos de soluciones utilizando materiales con una gran capacidad de absorción acústica”.

3.Higrotérmica y ventilación
La habitabilidad de la vivienda también depende, y mucho, de que los espacios registren una temperatura y una humedad adecuadas así como de que estos se encuentren correctamente ventilados. Desde Amutio y Bernal confirman que todas las viviendas deben ventilar un mínimo para tener un ambiente salubre. Ello se debe a que si bien “antiguamente ese mínimo se conseguía sin hacer nada, ya que las ventanas eran poco herméticas y la casa ventilaba sin querer”, la estanqueidad de las carpinterías modernas “hace necesario prever por dónde enta y sale el aire de la vivienda para su adecuada ventilación”.
Mayor esfuerzo supone solucionar los problemas relacionados con las humedades que se puedan generar en una vivienda. De hecho, como opina Palencia, “generalmente las humedades son producidas por una mala ejecución de la obra o por una falta de mantenimiento de la misma a lo largo del tiempo”. En este sentido, el estudio Amutio y Bernal recomienda, ante todo, “saber su procedencia” ya que “algunas se resuelven con ventilación y otras actuando sobre el cerramiento”.

4.Búsqueda del confort visual…
En arquitectura, el concepto de confort visual se basa en disponer de un grado de iluminación adecuado a la tarea que se va a realizar en un edificio. En el caso concreto de las viviendas, aclaran Amutio y Bernal Arquitectos, “el requisito de la norma suele ser que algunas de las estancias, como salones, cocinas o dormitorios, tengan luz natural”. Existen ciertas normativas municipales que “exigen que estas tengan unas superficies mínimas de ventana”.
Es por ello que entre las medidas que son necesarias para alcanzar este objetivo destaca, ante todo, que las estancias cuenten con iluminación natural. De igual modo, aseguran que debe preverse que la superficie de ventana sea adecuada al uso de cada estancia y que la iluminación artificial también sea la adecuada, es decir, que cuente con potencia suficiente, que sea homogénea y que evite deslumbramientos.

5…Y del confort espacial
Por último, la habitabilidad de la vivienda también pasa por mejorar el confort espacial, esto es: el tamaño y la altura de los espacios del inmueble. Este indicador es uno de los principales puntos débiles de la vivienda en nuestro país, indica el profesor de la Universidad de Navarra José Manuel Pozo, para quien la clave está en hacer “viviendas más pensadas y con mayor superficie”. El mismo encuentra dificultades, fundamentalmente, en la adaptación de la vivienda a las discapacidades de determinados colectivos, esto es, en su accesibilidad.
En este sentido, William Palencia remarca que para mejorar este indicador es necesario “planificar el proyecto basándose en un análisis de las necesidades de las personas dependientes y de quienes las asisten” así como ofrecer soluciones a las necesidades concretas. De igual modo, desde Espacio Habitable subrayan la necesidad de “hacer un estudio de viabilidad sobre el tipo de proyecto que se va a realizar”, en el que se tengan en cuenta “las diferentes novedades que ofrece el mercado en cuanto a tecnología y materiales”.
Un punto que comparten con Amutio y Bernal, ya que desde el punto de vista de este estudio de arquitectura sostienen que “la accesibilidad no está solo en llegar a los sitios sino también en poder utilizarlos una vez que se ha llegado”. Así, remarcan, las medidas a adoptar “dependen del colectivo al que van dirigidas”. “No es lo mismo una persona en silla de ruedas, en camilla o una persona ciega. En estos casos lo normal es adaptar la vivienda a las necesidades específicas del usuario. No tiene sentido que todas las viviendas estén adaptadas a todas las posibles discapacidades”, matizan.

6.Legislación adaptada a los tiempos
Con todo lo dicho, toca hacer balance de la situación en que se encuentra el parque de viviendas de nuestro país en materia de habitabilidad. Una reflexión cuyas conclusiones principales comparten los tres expertos consultados. Así, para el profesor José Manuel Pozo “las viviendas de los años 50 y 60 se encuentran mejor muchas veces” que las actuales, “aunque tengan condiciones menores para la comodidad física”.
Este indicador, para el estudio de arquitectura Amutio y Bernal, depende de con qué se compare, ya que las condiciones de habitabilidad exigibles a una vivienda “dependen de las exigencias de la sociedad y van evolucionando con el tiempo”. “Por poner un ejemplo muy sencillo, hace 50 años no suponía un malestar especial oír al vecino, era algo que se asumía como normal y hoy en día es una cuestión inadmisible”, subrayan.
Así, desde esta empresa sostienen que la legislación se ha ido adaptando “para que las nuevas viviendas tengan unos estándares de calidad más elevados”. Sin embargo, lamentan que las viviendas ya existentes antes de estos cambios mantienen unos estándares originales muy bajos de habitabilidad ya que desde su punto de vista “sin duda se debe a que legislar sobre una vivienda con dueño es muy problemático”.

7.Una solución al sector
Son estas carencias en materia de accesibilidad, sin embargo, las que se convierten en una oportunidad de recuperación para el sector, aunque la misma pasa por la adopción de medidas paraque se mejoren las condiciones de habitabilidad de las viviendas del parque inmobiliario de nuestro país. En esta línea, Amutio y Bernal señalan que existen, principalmente, dos tipos de medidas que podrían solucionar el problema: “las encaminadas a cumplir unos mínimos” y “las encaminadas a subvencionar una práctica concreta”. Así, lamentan que del primer tipo aún no se haya desarrollado una medida concreta algo que sí existe dentro de las medidas del segundo tipo “aunque van dirigidas a comunidades de vecinos, no a particulares”. Y recalcan: “A nivel autonómico o municipal se han reducido mucho este tipo de ayudas”.
Por su parte, desde Espacio Habitable coinciden en señalar que el fomento de la habitabilidad “no solo sería una gran oportunidad de trabajo para los profesionales afectados por la crisis” sino “una oportunidad para los usuarios el poder tener una vivienda con un alto nivel de habitabilidad, sana y adecuada a sus actuales necesidades”. No obstante, señalan que es necesario contar con técnicos preparados en la materia, ya que actualmente existen profesionales “capacitados, formados y con experiencia para diseñar ejecutar proyectos acordes a las necesidades actuales” pero, lamentablemente, existe “un alto porcentaje de ellos que sigue ofreciendo soluciones tradicionales y obsoletas a los usuarios”.

1 comentario:

  1. Gracias por la información. Aquí va un enlace:
    https://www.consumer.es/vivienda/sotanos-vivir-bajo-tierra.html/2

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