El proceso de restructuración bancaria en España y Europa ha permitido salvar a muchos bancos, pero estos no tienen fuerza para asegurar la recuperación económica. Así lo expone el FMI en su informe Estabilidad Financiera Mundial, presentado este miércoles.
Según el FMI, casi la mitad de los principales bancos de los países desarrollados –entidades que representan el 40% del total de activos– no tienen fuerza suficiente para prestar adecuado crédito en apoyo de la recuperación. La proporción es aún mayor –bancos con el 70% de los activos– en el caso de la Eurozona, de acuerdo con las cifras mencionadas por José Viñals, responsable del área financiera del FMI. El estudio se basa en un análisis global de trescientas entidades, sobre las que Viñals no dio detalles; tampoco las desglosó por países. Otra conclusión es que el 80% de los activos de las instituciones más grandes generan un rendimiento del capital que no es suficiente para cubrir el costo de capital exigido por los accionistas.
«Cuando los bancos han recibido una aprobación en términos de adecuado capital quiere decir que están suficientemente seguros para llevar lo que podríamos llamar “una vida normal”; pero en muchos países necesitamos bancos que sean “atletas” y puedan apoyar vigorosamente la economía», afirmó Viñals, el español de mayor rango en la dirección del FMI.
Para ello, especialmente en la Eurozona, el Fondo plantea que los bancos procedan a una revisión fundamental de sus modelos de negocios, con una «revalorización sustancial de precios para generar utilidades sostenibles y reponer sus reservas de capital». También recomienda una recolocación de capital en sus distintas actividades, consolidación de estas o su reducción. «En Europa, la comprehensiva valoración de los balances bancarios por parte del BCE constituye un fuerte punto de partida para esos cambios tan necesitados en los modelos de negocios bancarios», según Viñals.
El informe de Estabilidad Financiera, presentado en el marco de la cumbre de otoño del FMI y el Banco Mundial que esta semana se celebra en Washington, advierte del riesgo de una «holgura monetaria prolongada». Aunque indica que la política monetaria de los bancos centrales de las economías desarrolladas –tipos próximos a cero y compra de activos como la desarrollada por la Reserva Federal de EE.UU. y la anunciada por el BCE– «sigue siendo esencial», precisa que su prolongación puede propiciar excesos en la toma de riesgos financieros, lo cual se ve reflejado en un aumento de las asignaciones de cartera en activos de más riesgo y en una mayor disposición a apalancar los balances.
Una consecuencia ha sido que desde la crisis, como señala el informe,los mercados de capitales han cobrado más importancia como proveedores de crédito, y eso ha trasladado el foco de los riesgo al sistema bancario paralelo. La proporción de instrumentos de crédito mantenidos en carteras de fondos comunes de inversión se ha duplicado desde 2007 y ahora asciende al 27% de la deuda mundial de alto rendimiento.
via@abc
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