Los pisos en España, una ganga para los chinos ricos

A los bajos precios del sector inmobiliario se suma el permiso de residencia por una compra de medio millón de euros


La burbuja inmobiliaria que vive China es tal que por medio millón de euros, que es la inversión mínima para que un extranjero consiga el permiso de residencia en España, solo se puede comprar en Pekín un apartamento de 80 metros cuadrados y dos habitaciones fuera del cuarto anillo de circunvalación, bastante lejos del centro. En España, en cambio, ese dinero da para un chalé adosado, dos pisos o una casa en la playa, ya que los precios han caído en picado por el desplome del "ladrillo” durante la crisis.

Unidas al aliciente de un permiso para residir en un país de la Unión Europea, dichas gangas han atraído el interés de numerosos inversores chinos desde que, en septiembre, entrara en vigor la denominada Ley de Emprendedores. Para atraer la inversión foránea y, de paso, dar salida al amplio excedente de viviendas sin vender que hay en España, dicha norma concede el permiso de residencia a todo aquel extranjero que compre una propiedad inmobiliaria por al menos medio millón de euros, adquiera un millón de euros en deuda pública o se haga con acciones por valor de dos millones de euros de una empresa nacional.

Un auténtico chollo para el estrato más adinerado de la clase media urbana que ha surgido en China al amparo de su extraordinario crecimiento económico de las tres últimas décadas. Es el caso del matrimonio formado por Jia Kejian, ingeniero del Instituto de Protección Cultural y profesor de la Universidad Industrial de Pekín, y su esposa An Qianmin, que trabaja en la Editorial de Patrimonio Histórico. Antes de aprobarse la Ley de Emprendedores, la pareja le había comprado a su hijo Songheng, que tiene 25 años y estudia en España, un piso de tres habitaciones y 127 metros cuadrados en la zona madrileña de Cuatro Caminos por 200.000 euros. Ahora, y pensando en la jubilación que alcanzarán dentro de tres años, la pareja planea adquirir otra vivienda por medio millón de euros o más para lograr el permiso de residencia.

“Queremos retirarnos en España para estar junto a nuestro hijo y porque la vida allí es más agradable y asequible que en China”, explica a ABC el marido, Jia Kejian. Además de la cultura y la comida española que le encanta, como la paella, el jamón pata negra y el vino, cita la contaminación y la inseguridad alimentaria como otros de los motivos para marcharse de Pekín. Sin duda, el sol radiante de España, sus cielos azules y la calidad y frescura de sus alimentos aparecen como lujos impagables bajo la nube de polución que envuelve las grandes ciudades de la industrializada costa china.

“Además, es una buena oportunidad para invertir en España”, se congratula su mujer, An Qianmin. Dando buena fe del carácter ahorrador y previsor de los chinos, este matrimonio de funcionarios estatales tiene ya tres pisos en Pekín, cuyos precios se han disparado en los últimos tiempos. “El que compramos en el año 2000 vale ahora diez veces más, el que adquirimos en 2005 ha multiplicado su valor por siete y el de 2009 se ha doblado”, detalla el marido, que cobra unos 2.000 euros por el alquiler mensual de dos de ellos. Con el fin de mantenerse ocupados durante la jubilación, cuando recibirán una pensión de unos 500 euros cada uno, el matrimonio baraja vender dos de estas propiedades para hacerse también en España con una tienda o un hotelito.

En su búsqueda, la pareja ha acudido a la empresa española Affirma, que empezó en 1992 como consultora especializada en China, se expandió luego a la energía solar y ahora se ha centrado en este pujante negocio inmobiliario. “Desde hace dos años, hemos vendido más de 80 propiedades españolas en China, incluyendo un chalé en Pozuelo con un jardín de 800 metros cuadrados por 750.000 euros”, asegura la directora de su oficina de Pekín, Hana Mu. Con más de 2.000 propiedades a la venta, Affirma se ha asociado con Soufun, el mayor portal inmobiliario de China en internet, para promocionarlas. “De los 600 millones de internautas que hay en este país, 153 millones buscan piso en páginas web como Soufun, que es como el idealista.com chino”, desgrana la responsable de Affirma. Entre su oferta hay de todo: desde una nave industrial en Getafe por 21 millones de euros hasta un apartamento de 54 metros cuadrados en La Rioja por 30.000. Además de actuar como agente de promotoras inmobiliarias, esta firma legal se encarga de tramitar todo el papeleo para sus clientes.

A juicio de Hana Mu, “un tercio de los compradores chinos busca grandes ciudades, sobre todo Madrid y zonas con chalés como Majadahonda y Las Rozas, donde sus hijos puedan estudiar en un buen ambiente; otro tercio planea retirarse en la costa y el 40% restante hace la inversión para luego alquilarla”.

Aunque al principio surgieron ciertas reticencias por una petición masiva de nacionalizaciones o el uso de servicios públicos como la sanidad y la educación, Hana Mu afirma que “la mayoría de los clientes chinos no quiere perder su pasaporte y todos cuentan con seguros médicos privados”. Ante el filón que estos compradores suponen para el hundido sector inmobiliario español, recomienda “más flexibilidad y rapidez a la Administración porque otros países, como Portugal, Grecia o Malta, ofrecen más facilidades para captar a los adinerados clientes chinos”.

Suben los visados por la compra de pisos
Desde septiembre, cuando se aprobó la Ley de Emprendedores, hasta marzo, el Consulado de Pekín ha concedido ocho visados para comprar propiedades en España, el doble que el de Shanghái. Aunque estas cifras son todavía bajas, en los dos últimos años han aumentado las ventas de propiedades españolas a clientes chinos, que luego han pedido un visado sin ánimo de lucro o de turista por un año con múltiples entradas. Según fuentes de la Embajada española en Pekín, “ha habido un aluvión de estos visados relacionados con la compra de propiedades, pero sus solicitantes no han pedido el permiso de residencia porque la inversión era menor a medio millón de euros o anterior a la ley”.

VIA@ABC

No hay comentarios:

Publicar un comentario