La compañía que controla y preside Rafael Santamaría trabaja actualmente en una propuesta de convenio de acreedores y pago de deuda que le permita superar el concurso en que se declaró hace casi un año, con un agujero patrimonial de 1.700 millones de euros.
Según notificó Reyal este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid ha admitido a trámite la solicitud de la inmobiliaria y de su administración concursal "sobre medidas de extinción de las relaciones laborales de 61 de los trabajadores que forman la plantilla de la sociedad".
La compañía presidida por Santamaría acaba de iniciar el preceptivo periodo de consultas con los representantes de los trabajadores, que se extenderá durante treinta días y en el que se definirán "las condiciones concretas de las extinciones" de contrato.
A cierre de 2013, Reyal Urbis contaba con una plantilla de 133 empleados, de los que veinte conforman la dirección de la compañía, otros 67 son técnicos, 38 administrativos y cuatro más comerciales. Del total de trabajadores, 58 son mujeres y 75 hombres, según datos del informe anual de la compañía.
En este informe, la inmobiliaria indica que actualmente la empresa "evalúa las mejores alternativas para conseguir presentar un convenio de acreedores que sea recibido de forma positiva por la masa acreedora".
El proceso concursal de la inmobiliaria está aún en su fase común, en concreto en la de subsanación de los incidentes presentados al informe concursal provisional. "Como resultado de la finalización del trámite de resolución de incidencias, se obtendrá la masa pasiva a la que presentar la propuesta de convenio de acreedores, que actualmente se encuentra en proceso de elaboración", explica Reyal.
En el marco de la preparación de este plan de viabilidad, Reyal negocia ceder el grueso de sus activos inmobiliarios a sus bancos acreedores para saldar la mayor parte de la deuda de 4.100 millones de euros que soporta.
Según el informe concursal provisional, Reyal Urbis presenta un pasivo de 4.118,93 millones de euros, que supera así en un 70,2% al activo de 2.419,56 millones de euros con que cuenta para afrontarlo.
A cierre de 2013, la compañía registró una pérdida neta de 820,30 millones de euros, importe un 9,8% inferior respecto a los 'números rojos' de contabilizados en 2012. La cifra de negocio se desplomó un 56,5%, hasta los 59,18 millones de euros y el resultado de explotación se situó en un importe negativo de 742,74 millones.
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