Los contratos de alquiler se disparan y crecen casi el 50 % en un año




El alquiler se impone, y mucho, a la compra. El año pasado 195.264 hogares firmaron un contrato para ocupar una vivienda. De estas, el 77 % lo hizo en régimen de alquiler y solo el 23 % compró, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y de las fianzas depositadas en el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl), dependiente de la Generalitat. La proporción es completamente opuesta a la que se daba antes de la crisis, cuando solo el 17 % de los contratos que se firmaban eran arrendamientos.

Las restricciones de las entidades financieras para acceder a una hipoteca y las dificultades de los propietarios para vender sus propiedades en el contexto actual aupó el mercado de alquiler, que solo el año pasado creció el 46,9 %, hasta los 150.200, según los datos de la Generalitat. Antes de la crisis, en 2007, apenas se firmaban 62.000 contratos anuales, de acuerdo con la misma fuente. Casi una tercera parte de los contratos se firmaron en la ciudad de Barcelona, mientras que en el conjunto de la provincia se superaron los 115.000.
De los 195.264 contratos que se firmaron el año pasado, 150.200 fueron de alquiler y el resto correspondieron a compraventas. Los datos recogidos de las fianzas depositadas en la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona y el Incasòl y recopilados por el Ayuntamiento de Barcelona indican que de los 150.200 contratos de alquiler, dos tercios se cerraron en el área metropolitana. En la capital catalana, el Eixample fue el distrito donde se registraron más operaciones de arrendamiento (9.960), seguido de Sants-Montjuïc (4.999) y Gràcia (4.559). En el lado opuesto están Les Corts (1.885) y Sant Andreu (3.064).

A medida que la oferta de viviendas de alquiler ha ido incrementándose, los precios han ido descendiendo. El precio del alquiler medio en la capital catalana es de 681,6 euros. El descenso, del 5,4 % respecto al año anterior, se produjo sobre todo entre el último trimestre de 2012 y el primer semestre de 2013 para dar paso luego a una estabilización del mercado. Por segundo año consecutivo, ningún distrito supera el alquiler medio de 1.000 euros mensuales. Las rentas más caras están en Sarrià-Sant Gervasi (935,5 euros), seguido de Les Corts (826,7) y Eixample (763,5). Las más baratas se hallan en Nou Barris (513,8 euros), Horta-Guinardó (566,5) y Sant Andreu (578,4). Los datos apenas varían si en lugar del precio medio por piso se toma como referencia el valor del metro cuadrado, que de media es de 10,3 euros el metro cuadrado en la ciudad de Barcelona.

Los pisos de propiedad se han abaratado un 36 % en la ciudad desde 2007

Los pisos que se alquilan en la capital catalana son más pequeños que en años anteriores, pero no demasiado. La vivienda media arrendada en 2013 medía 70 metros cuadrados, apenas un metro menos que el año anterior. Es la media, claro está, entre los 88 metros cuadrados de un piso de Sarrià-Sant Gervasi y los 61 metros cuadrados de Ciutat Vella, según la estadística.

El precio medio del alquiler también es inferior en el conjunto de Cataluña, donde arrendar un piso vale una media mensual de 542,2 euros. El alquiler es un 5,4 % más barato que el año anterior, mientras que en lo que va de crisis el desplome acumula ya más de un 20 %, según los datos de la Generalitat.


El sector ve en los datos de los alquileres no solo una consecuencia de las crisis inmobiliaria y financiera, sino también un vuelco en el mercado. Por una parte, los fondos de inversión y las sociedades cotizadas, las denominadas socimi, están interesadas fundamentalmente en adquirir inmuebles para obtener ingresos a través de su alquiler. Por otra, los ciudadanos optan ven el alquiler como una alternativa a la compra, cuya imagen no es la misma que antes de la crisis.

La ciudad de Barcelona no solo ha destrozado el mito de que los precios nunca bajan, sino también el que predicaba que el valor de los pisos descendería de forma mucho más moderada en las grandes ciudades. El Ayuntamiento emplea datos del portal Idealista.com para señalar que desde el pico de la burbuja, el primer trimestre de 2007, hasta el punto más bajo, en segundo de 2013, el precio se desplomó casi el 36 %. Sin embargo, los valores parecen haber hallado su suelo, puesto que en los últimos seis meses se estabilizaron e incluso subieron levemente.

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