El desbarajuste de cifras inmobiliarias

Desacuerdo entre los variados informes de precios, ‘stock’ o hipotecas

Un día sí y otro también se publican estadísticas relativas al sector inmobiliario. Especialmente en el caso de los precios, hay para todos los gustos. Desde las que registran subidas puntuales y auguran la recuperación del mercado hasta las que pronostican que a los precios de la vivienda todavía les queda por bajar un 20%.
Según algunos pronósticos, hace un par de años que el ajuste se habría finalizado y se volverían a iniciar 350.000 viviendas anuales. En realidad, no han llegado a 100.000: a las 78.000 iniciadas en el año 2011 les siguieron las 35.000 visadas por los arquitectos técnicos en 2013.
Tampoco cuadran las cifras de notarios y registradores referidas a las mismas compraventas. Algo lógico porque de la notaría al registro puede haber un desfase de hasta un mes. Menos explicable es que no coincidan los datos mensuales de la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad (ETDP) del INE, basados en las inscripciones registrales, con los de la Estadística Registral Inmobiliaria del Colegio de Registradores. En el caso de las hipotecas firmadas, más de lo mismo. En el mismo periodo para el que los notarios anotan 51.000, el INE baja a 41.000. Y sobre el número de viviendas en stock, en lo único que hay acuerdo es en que está disminuyendo.
Todos los meses, o incluso ya casi todos los días, se repite la misma historia. Un sinfín de datos, oficiales o no, respecto a la evolución del mercado inmobiliario en España. Desde dentro y desde fuera.
Unos, los recogidos en las estadísticas de registradores y notarios, simple traslación de sus operaciones. En otros casos, como sucede con los precios, de mucha más difícil concreción. De ahí que para unos ya haya indicios del fin del ajuste e incluso de subidas en algunas zonas y, en cambio, otros vislumbran todavía bajadas de consideración. Incluso no dudan en afirmar que todavía queda un fuerte recorrido a la baja, con reducciones de precio superiores al 20% en los dos próximos años.
Sobre las estadísticas de precios, las conclusiones tan dispares a que llegan se relacionan con la gran cantidad de agentes intervinientes en su elaboración. Tasadoras, agencias de calificación, portales inmobiliarios e intermediarios se afanan en arrojar algo de luz con informes exhaustivos.
Pero no todos los datos que se ofrecen se pueden tener en cuenta. De hacerlo, hace ya un par de años que, según alguno de estos informes, el ajuste se habría más que finalizado y habríamos entrado de lleno en una velocidad de crucero cifrada en iniciar 350.000 viviendas anuales. No ha sido así. Desde entonces, cada vez se construyen menos en España. En 2011 se iniciaron poco más de 78.000, apenas 44.000 en 2012 y no llegaron a 35.000 las visadas por los aparejadores en 2013.
La mejor opción para comprobar la evolución del mercado inmobiliario es tomar en consideración los datos oficiales. Esas escrituras de compraventa que se llevan al notario y las que, unas semanas después, se inscriben en los registros de la propiedad.
Son datos que deberían cuadrar más o menos, pero no. Es lógico que no lo hagan los que ofrecen los notarios y los registradores por una cuestión de plazos, con intervalos de tiempo que entre un documento y otro pueden ser incluso superiores a un mes. Pero resulta más difícil de entender que no coincidan los datos mensuales de la Estadística de Transmisiones de Derechos de la Propiedad (ETDP) del Instituto Nacional de Estadística (INE) con los de la Estadística Registral Inmobiliaria del Colegio de Registradores.

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